domingo, 8 de febrero de 2015

Amaneceres tardíos y ocasos tempranos, son mis escenas preferidas.

Tomados de la mano, y la vida era perfecta como en las películas.

Todo el tiempo que nos entregábamos; yo distinguía tu cara entre la multitud.

Subir y bajar escaleras, contar centavos, mirar las fuentes; ascensores y ventas a mitad de precio, atrapados entre aquellas montañas.

Huyendo y ocultándome contigo nunca creí que me atraparían aquí. 
 

Sin saber que habías cambiado por sólo una mordida los ahuyenté a todos, sólo para abrazarte fuerte y cerca...



¿Pero alguien se da cuenta?

¿Pero a alguien le importa? 

Y si tuviera las agallas de apuntar esto a tu cabeza...

¿Pero importaría todo lo demás si ya estás muerta?


¿Y debería estar impresionado por lo último que dijiste?


Antes de apretar el gatillo, tus ojos manchados y vacíos.


Y diciendo que me amabas, me complicaste las cosas.


Estas palabras no cambian nada ahora que tu cuerpo yace.


No hay lugar en este infierno, no hay lugar en el siguiente.


Nuestros recuerdos nos vencen.
Acabaré esta agonía.

¿Pero alguien se da cuenta?

¿Pero a alguien le importa?

¿Alguien se da cuenta de que hay un cadáver en esta cama?

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